Este artículo es la continuación de: Entendiendo nuestro propósito. Aquí puedes leer la primera parte.
Dios bendice a Su pueblo en formas, inmerecidas, inmensurables y asombrosas para que Sus caminos y Su salvación sea conocida entre todos los pueblos.
En el artículo pasado pudimos ver varios ejemplos sobre esto que provienen del Antiguo Testamento; sin embargo, este tema continúa en el Nuevo Testamento. En Mateo 24:14, Jesús dice, “Y se predicará la Buena Noticia acerca del reino por todo el mundo, de manera que todas las naciones la oirán; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14 NTV). Dios desea que las Buenas Nuevas de Salvación sean conocidas entre todos los pueblos. Esto es exactamente lo que Jesús le dice a sus discípulos al final del Evangelio de Mateo, “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones…” (Mateo 28:19 NTV).
Pablo describe la misión de su vida al decir que siempre ha sido su ambición “predicar el Evangelio donde Cristo no ha sido conocido.
Este tema continúa desarrollándose cuando leemos Hechos y el Evangelio es llevado a otras tierras y comienza la progresión hasta los confines de la tierra. Las cartas de Pablo están llenas del mismo énfasis. En Romanos 15, Pablo describe el propósito de la muerte de Cristo en la cruz cuando dice: “Recuerden que Cristo vino a servir a los judíos para demostrar que Dios es fiel a las promesas que les hizo a los antepasados de ellos. También vino para que los gentiles le dieran la gloria a Dios por la misericordia que él tuvo con ellos. A eso se refería el salmista cuando escribió: Por eso, te alabaré entre los gentiles, cantaré alabanzas a tu nombre” (Romanos 15:8-9 NTV). Y es por esto que Pablo describe la misión de su vida al decir que siempre ha sido su ambición “predicar el Evangelio donde Cristo no ha sido conocido” (Romanos 15:20).
Comenzamos en Génesis, ahora Terminemos en Apocalipsis
Comenzamos nuestro sondeo en Génesis, así que culminemos en el libro de Apocalipsis; veamos: “Después de esto vi una enorme multitud de todo pueblo y toda nación, tribu y lengua, que era tan numerosa que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y delante del Cordero. Vestían túnicas blancas y tenían en sus manos ramas de palmeras. Y gritaban con gran estruendo: «¡La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono y del Cordero!” (Apocalipsis 7:9-10 NTV).
Al principio de la Biblia, vemos que el propósito de Dios era bendecir a Su pueblo para que todos los pueblos le conozcan, su bondad y su salvación para que Dios sea glorificado. Ahora, al final de la Biblia, vemos el propósito de Dios cumplido. Gente de toda nación, tribu, pueblo y lengua se postraran ante el trono del Cordero, y juntos cantaremos alabanzas al Dios que nos bendice con Su salvación. Este es el propósito, final, definitivo, consumado, glorioso, de Dios en la Escritura. Y es todo para Su gloria, así como hemos visto a través de nuestra reseña de la Escritura.
¡Todo para Su Gloria!
El Dios que servimos desea bendecirnos, y lo hace en formas inimaginables, pero no lo hace con la idea de que somos nosotros el propósito final. ¡Él lo hace para Su gloria! Cuando alineamos nuestro pensamiento para entender que nuestra salvación no se trata de nosotros, es acerca de Dios, vemos las cosas con una perspectiva diferente. Debemos transformar nuestro pensar; para que esté enfocado en Dios y alineado con Dios, porque Dios está enfocado en Su gloria.
Cuando alineamos nuestro pensamiento para entender que nuestra salvación no se trata de nosotros, es acerca de Dios, vemos las cosas con una perspectiva diferente.
Recordemos las palabras de Dios en Ezequiel 36. Debemos recordar que Dios no nos salvó solo por nuestro bien; nuestras vidas no son el propósito final de la bendición de Dios. Recibimos la mayor de las bendiciones por medio de la salvación, que es la vida eterna con El, quien nos creó y nos salvó; pero Él nos salvó y nos dejó aquí por Su propósito. El propósito definitivo de nuestras vidas es darle gloria a Dios. El propósito de tu vida debe ser, centrado en Dios, enfocado en Dios, dirigido por Dios. ¡Debemos glorificar a Dios entre las naciones!
Dios puede hacer Su gloria conocida a las naciones de cualquier forma que Él quiera, pero Él nos ama lo suficiente como para permitirnos participar en compartir Su bondad y Su salvación con otros. Debemos proclamar con todo nuestro corazón, Su bondad y Sus caminos a las naciones, lo que nos lleva de nuevo a como nuestro propósito y nuestra misión se relacionan una con la otra.
Glorificar a Dios al hacer discípulos de todas las naciones
La mejor forma en la que podemos dar gloria a Dios es al cumplir Su misión. Así que, cuando combinamos nuestro propósito (“Glorificar a Dios”) con nuestra misión (“Hacer discípulos de todas las naciones”), entendemos que debemos glorificar a Dios al hacer discípulos de todas las naciones. Solo Dios puede alcanzar las naciones, pero el escoge hacerlo una vida a la vez, a través de ti y de mí. Somos Sus siervos, Sus vasijas, para que Él se vierta en nosotros y podamos ser usados para verterlo a Él en otros. La vida que vivimos en la tierra debe estar enfocada completa y enteramente en Dios.
El propósito definitivo de nuestras vidas es darle gloria a Dios. El propósito de tu vida debe ser, centrado en Dios, enfocado en Dios, dirigido por Dios. ¡Debemos glorificar a Dios entre las naciones!
Para vivir la vida al máximo, debemos vivir con este modo de pensar: Glorificar a Dios al hacer discípulos. Si damos nuestra vida a El como Señor, esto será lo que nos mueva y nos permitirá vivir con EL propósito de Dios.
Mi oración es que seamos tan apasionados por Dios que nuestras vidas se conviertan en vidas centradas en Dios. Solo así, estaremos dispuestos a rendir todo lo que es nuestro y entregarlo a SU PROPÓSITO de glorificarle y hacerle conocido con todas nuestras vidas y cumplir SU MISIÓN haciendo discípulos de todas las naciones.
Un día, seremos parte de la maravillosa celebración que vemos en Apocalipsis 7:9-10. Que cada uno de nosotros cumpla su labor en permitir que Dios nos use para alcanzar tantas personas como sea posible para que sean parte de esa celebración con nosotros en ese día glorioso.