Esto es una reseña sobre el libro: La iglesia en lugares difíciles de los autores Mez McConnell y Mike McKinley.
El libro consta de 12 capítulos y una gran conclusión que podría señalarse como el capítulo 13, está dividido en tres partes:
- El evangelio en lugares difíciles.
- La iglesia en lugares difíciles
- La obra en lugares difíciles.
Estos dos autores de contextos diferentes nos hablan de manera clara como en medio de la pobreza puede florecer la iglesia haciendo brillar el evangelio en corazones de personas con más necesidades de lo que estamos acostumbrados a ver comúnmente, incluso cómo estas experiencias hablan directo a nuestra manera de hacer iglesia, y el propio evangelismo y el sistema de discipulado.
No es de extrañar que dediquen todo un capítulo al evangelio (el segundo capítulo del libro: ¿qué evangelio necesitan?) en donde lo resumen en cuatro partes:
- Dios (Padre, Creador, Santo Santo Santo, quiere habitar con el hombre)
- El hombre (pecador, caído, en rebeldía contra Dios, la ira de Dios está sobre el)
- Cristo (Hijo de Dios, el puente hacia Dios, nuestra única esperanza)
- La respuesta (Que harás ahora con tu vida?)
Estar claros y poner el evangelio en su justo lugar es lo más importante en este mundo. Y estoy completamente de acuerdo con ellos en esto.
Contamos con 5 razones para llamarle “lo más importante”:
- La eternidad es más importante.
- No hay otro medio de salvación.
- Nos desgastamos sin sentido cuando no lo tenemos en el centro.
- Es real que la gente va al infierno.
- Por la gloria de Dios.
Los autores dejan claro la importancia de tener una sana doctrina (y estar bien convencidos de ella). En ese sentido hacen esta maravillosa ilustración: Cuando vamos en barco a contar con urgencia una noticia, no nos preocupamos por cómo luzca, incluso lo despojamos de toda carga innecesaria, pero el evangelio y la doctrina nunca son parte de la carga innecesaria, son el casco y el mástil. La teología es esencial para todos los aspectos de la vida de una iglesia. [página 68-69]
Al tratarse este libro de iglesias en el contexto de pobreza, vicios (drogadicción, prostitución etc.) y grandes necesidades, gira mucho en torno a ministerios de servicios y de misericordia, abordan con suma experiencia los grandes problemas que hay en medio de esto y las ventajas que podemos aprovechar. Cosas como los ministerios para-eclesiales, que amenudo lamentablemente entorpecen el trabajo de las iglesias; pero también cómo las iglesias están descuidando su labor, en este sentido “los ministerios para-eclesiales existen únicamente para servir a la iglesia de manera subordinada. Carl Trueman” [página 92]
Estoy convencido al igual que estos autores sobre el papel principal que ha de jugar la iglesia en la evangelización, pues esta nunca debe ser “una mera actividad, o un evento”.
La evangelización debe ser una forma natural de vida, un tema de conversación diario y cotidiano.
Me encanta como dejan en claro el evangelio en este libro y cómo lo abordan en varios capítulos: “Evangelizar es enseñar a las personas, y persuadirlas. La conversión es una obra del Espíritu de Dios de principio a fin, pero aun así la gente ha de ser persuadida. En nuestra enseñanza, debemos estar preparados para dar una respuesta a todo el que la pide (1 P. 3:15)” [página 114]
En cierto sentido para lograr esto necesitamos estar capacitados, aptos para enseñar, pero vemos cómo desde sus experiencias en contextos donde hay poco acceso a la educación es notorio que las comunidades locales tienen un mayor impacto al contar por ellos mismos el evangelio a otros, que cuando lo hace un misionero con todo el amor por el servicio al Señor al visitar esos lugares. Sin intención de minimizar las misiones o a los misioneros que muchos tienen un genuino deseo de trabajar para Cristo, y están haciendo un gran trabajo, pero las misiones deben ir de la mano con preparar, capacitar y levantar líderes de la misma comunidad.
No creo que haya sido coincidencia colocar lo mejor del libro justo en el centro. El capítulo 6: La labor de la evangelización, me ha hecho profundizar más en el proceso de evangelización y porqué ha de ser la iglesia local quien realice este trabajo.
A pesar de que el evangelio no es acerca de erradicar la pobreza material en el mundo (puesto que su fin no es hacer al hombre rico y poderoso) estoy convencido de que es la solución. Las personas en un contexto de pobreza con un buen entendimiento del evangelio tendrán una visión de su realidad que no es posible de otra manera, ya que brillará más la providencia de Dios que sus necesidades.
Si fuera a resumir en una sola frase el libro, es esta: La cosa más excepcional que una iglesia puede ofrecer a la gente es el evangelio de Jesucristo, incluso para los que están sumidos en la pobreza. [página 31]. Esto no quita el hecho de que la iglesia está para ayudar al necesitado, al desamparado, a la viuda y al huérfano; para mi esta frase es concluyente porque el evangelio no es meramente teoría, es el amor de Dios en acción.
Este libro puede que nos deje atónitos (como a mi) con tantas vivencias reales sobre el trabajo con personas en lugares difíciles y como el lento crecimiento deja marcas tan grandes en personas que han dejado una vida con inimaginables problemas atrás. Si estás interesado en las misiones, en ministerios de misericordia, si te dueles por las personas en necesidad, deseas compartir el evangelio, o todas las anteriores, este es un libro altamente recomendado.