Dios en su perfecto diseño nos creó como seres relacionales, lo que provoca en nosotros la necesidad inminente de compartir nuestro tiempo con otras persona que, en su generalidad, son familiares o amigos.
La Real Academia Española define amistad como “Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”.
Es normal que tengamos alguien más cercano e íntimo, a quien confiamos todos nuestros secretos, temores, y preocupaciones, esa persona que anhelamos que esté a nuestro lado en cada logro, cada celebración, en resumen, que sencillamente lo damos todo por esa persona, pero te invito a leer lo que Jesús dijo mientras nos dejaba instrucciones para que nos amemos unos a otros, él dijo:
Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Juan 15:13
Sé que cuando empezaste a leer, de inmediato pensaste en ese amigo/a en el que confías a ciegas, ahora te pregunto: ¿estarías en disposición de dar tu vida por esa persona?. Está alto ese nivel de amor, ¿verdad?.
Queremos que estés consciente de la importancia que tiene la amistad, y de por qué debemos escoger sabiamente quienes son nuestros amigos, pero aun más allá, quisiéramos que tus amistades tengan un propósito especial.
Una amistad con propósito es aquella en que sus integrantes tienen claro quienes son y lo que se quiere lograr con esa relación. No, no te indicamos que tengas una amistad interesada, lo que decimos es que tengas una amistad con metas claras.
Es preciso destacar que hablamos de una amistad genuina, una amistad sincera, no del tipo de amistad que vemos en el mundo donde se limita solo a las necesidades particulares, donde el centro de la amistad son los recursos o ventajas que se pudieran obtener de la relación.
Características que permean la amistad verdadera
- El amor: será el nudo que fortalezca la relación para que perdure en el tiempo, por lo que ha de tener características como la pureza y sinceridad.
En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia. Proverbios 17:17 - El compañerismo: ambas partes buscarán la manera de colaborar en lo que fuere necesario, muchas veces sacrificando su tiempo con la finalidad de ser de ayuda a la otra parte.
- La bondad: en una amistad verdadera notaremos que todas las partes desearan y actuarán con la intención pura de ser bondadosos el uno al otro.
- Honestidad e integridad: este es uno de los elementos que muchas veces pone a prueba nuestra amistad, esto porque cuando no es una amistad genuina, tenemos miedo de ser honestos por temor a como la otra persona tome lo que digamos y, muchas veces, no confrontamos los errores; o por otro lado, nos alejamos de aquellos que se acercan para aconsejarnos en las cosas que somos débiles.
Una amistad verdadera valora la honestidad que nos hace ver nuestros errores.
Las amistades cristianas son una joya, porque nos ayudan a aferrarnos a nuestro mayor tesoro: “Jesús”.
Propósitos de una amistad verdadera
- Glorificar a Dios y acercarnos a él: Cor. 10:31 nos indica que todas las cosas que hagamos sean para la gloria de Dios, y las amistades no son la excepción, por lo que debemos escoger con sabiduría a las personas a las cuales les abriremos nuestro corazón y compartiremos nuestras vidas, ya que, será normal pasar tiempo juntos y si en lo que hacemos y hablamos el fin no es la gloria de Dios, entonces estamos perdiendo nuestro tiempo, o lo que es peor, alejándonos de Dios.
- Disfrutar por completo a Dios: tenemos muchas cosas para disfrutar, pero en una relación de amistad verdadera, Dios debe ser lo primero. Con esto no decimos que no se pase tiempo en otras cosas, todos sabemos que una buena película se disfruta mejor con amigos. Pero la lista de cosas por hacer juntos, debería estar encabezada por la preocupación de que ambos estemos cerca de Dios, y que él esté por encima de todo en nuestras vidas.
- Motivarnos a acercarnos a Dios: se hace necesario escoger nuestras amistades con sabiduría porque estos nos ayudarán, intencional o no, a acercarnos a Dios o alejarnos de Él.
No es un secreto que nuestros amigos influyen de manera positiva o negativa en nuestras vidas, pero tampoco es un secreto que somos nosotros quienes les damos oportunidad de inmiscuirse y tener influencia en nuestras vidas.
Insisto, escoge tus amistades con sabiduría, si son verdaderos amigos harán lo imposible por verte avanzar, velarán por ti y orarán por tu vida espiritual.
Piensa en tus amigos y analiza si les estás ayudando a acercarse a Dios, o si ellos te están ayudando a ti, si no es así, busca la forma de que esto suceda.
Los verdaderos amigos nos llevan a Cristo en nuestros momentos de debilidad
Es un hecho, los amigos influyen en nuestras vidas para bien o para mal, por lo que insistimos, una vez más, en que debemos seleccionarlos muy cuidadosamente, tendremos muchas ofertas de amistad, y el libre albedrío para escoger con cuales nos quedamos, Dios siempre dejara que escojamos de lo que esta en frente nuestro, nos deja tomar la decisión entre lo bueno y lo malo, pero siempre nos aconseja que escojamos el bien. Dt 30:15,19
Es natural que nuestros amigos conozcan más de cerca quienes realmente somos y, por lo tanto, también sepan cuales son nuestras debilidades, ya sea porque se lo comentemos o por el simple hecho de que las identifiquen por su cuenta, pero el punto no es que nuestros amigos conozcan nuestras debilidades, sino qué hacen para ayudarnos en esos momentos, y no solo ellos, también es bueno preguntarnos, qué hacemos nosotros con las debilidades que conocemos de nuestros amigos.
Es aquí donde se diferencia una simple amistad, de una amistad verdadera, los verdaderos amigos buscarán que lleves tus debilidades a Cristo, buscarán hacerte ver el error, el pecado, y como puede perjudicarte.
Es impactante el relato que narra Lucas en el capitulo 5:18 mientras Jesús enseñaba y el lugar donde estaba se había llenado de gente a tal nivel que unos hombres querían llevar un paralítico, y no podían a causa de la multitud, pero esta no fue razón suficiente para dejar de intentarlo, por lo que buscando la manera de llegar a Jesús, subieron al paralítico por el techo, si lo leíste rápido detente a imaginarte esta escena, el lugar estaba repleto de gente y ellos subieron con todo y camilla a un hombre que no puede caminar para bajarlo por el techo hasta donde estaba Jesús.
¡WAO! esta es la gente que necesitamos a nuestro alrededor, el problema no era de ellos, la debilidad era el paralítico, pero ellos hicieron lo que fue necesario por ayudar a este hombre en su necesidad física, verle sano de aquello que lo tenia en cama, quizás hoy no sea una enfermedad lo que tenga a nuestros amigos o a nosotros mismos en cama, quizás hoy nuestra necesidad no es física, pero la conoces, sabes cual es, quizás la mentira, la envidia, el orgullo o quizás otras cosas como enamorar a todas las chicas o luchas con la pornografía, la masturbación, la desobediencia, debilidades con las que no podemos luchar solos.
Necesitamos amistades verdaderas que ante nuestras debilidades, ante aquellas cosas “muy personales” nos impulsen a hacer el bien, nos guíen a poner nuestros ojos dónde realmente deben estar, puestos en Cristo, el autor y consumador de la fe.
Hay una pregunta muy interesante en Génesis 4, Dios le pregunta a Caín ¿Dónde está Abel, tu hermano?, a lo que él le respondió ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?. Hablemos de la primera pregunta , Dios, Omnipresente y Omnisapiente, le pregunta a un hombre por su hermano, esto siempre ha llamado mi atención, y de alguna manera la pregunta con la que responde Caín a Dios definitivamente ha sido lo que creó en mi la perspectiva de que si, nosotros somos guardas de la vida de nuestros hermanos, nuestros amigos, debemos velar por la vida espiritual y física de nuestros hermanos, Dios pude pedirnos cuenta por ellos en algún momento y nuestra respuesta no debería ser la misma de Caín.
Un amigo verdadero vela por la vida de sus amigos, un amigo verdadero te guiará a Cristo.