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¿Cómo ser un Doulos de Cristo?

Durante una reunión de liderazgo, discutíamos entre líderes y pastores, ideas de temas para un evento que sirviera para responder a la necesidad de la iglesia de hoy de volver a los principios del Reino.

Esperé mi turno, alcé mi mano y sugerí: “Esclavos de Cristo”. El concepto fue aceptado pero no así el término: “esclavos” (Doulos). Entre los argumentos: “…es que suena muy fuerte esa palabra”. ¿Interesante, no?

Ser Doulos de Cristo es un concepto del cielo; es un principio diseñado en la mente de Uno más grande. Los principios del Reino de los Cielos son totalmente opuestos a los terrenales; Allí la humildad es grandeza; se tiene más, cuanto más se entrega; el amor se prueba entre los enemigos; el poder es mayor cuando no depende de uno mismo; rendirse es ganar; ser libre es ser esclavo por amor, es ser un Doulos!

¿Quieres ser un Doulos?

Aquí te presento dos puntos que considero relevantes:

1. Renueva tu mente con las Escrituras.

Lo primero es reconocer que ¡no querrás serlo! Es por ello que tendrás que morir a ti para lograrlo. Tu peor enemigo es el mundo, el pecado y tú mismo. Para el mundo natural ser esclavo es rendirse, en cambio, para el Reino de Dios ser esclavo es luchar por mantenerse atado a aquel que puede preservarnos.

La libertad sin Cristo es esclavitud; la esclavitud con Cristo es verdadera libertad.

La libertad sin Cristo es esclavitud; la esclavitud con Cristo es verdadera libertad. “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36, RVR).

El mundo enseña que “libertad” es no ser Doulos. Es hacer lo que te plazca, sin medir consecuencias, ¡gran mentira!. La libertad en toda su definición, siempre está amparada bajo una ley, sin ley no existe libertad, existe el caos. Caos es la palabra exacta para definir lo que se lee hoy en los periódicos; lo que se escucha en los noticieros; lo que se vive a puertas cerradas en los hogares y tristemente lo que escondemos en los lugares más profundos de nuestra alma.

Ser Doulos implica nadar contra la corriente. “…Y no os adaptéis a este mundo sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable, y perfecto” (Romanos 12:2, LBLA).

“No adaptarse” es una advertencia “a no asimilar” o “no tomar la forma de”. Este proceso de conocer lo bueno, aceptable y perfecto, sólo puede ser exitoso estando con la mente atada a Cristo, tal cual los esclavos lo son a sus cadenas. Mientras más fuertes las cadenas más seguros estaremos.

2. Aprende a amar tus cadenas.

“…(Jesús), siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo (Doulos) y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!” (Filipenses 2:6-7, NVI).

La grandeza de nuestra esclavitud consiste en que es voluntaria. La humanidad en el Edén renunció voluntariamente a la libertad en Dios para ser esclavo de la mentira. Al ser Doulos, aceptamos voluntariamente la esclavitud en Cristo para no volver a la supuesta libertad de un mundo que, condenado, no tiene ninguna facultad legal de otorgar libertad a nadie más.

Amamos estas cadenas, porque son el plan del Padre para nosotros, porque nos hablan del ejemplo de Cristo, porque hablan de la forma en que el Espíritu de Dios nos anhela y desea preservarnos ¡hasta el fin!.

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Samuel Ne

Doulos por amor. Vive en Santo Domingo, R.D. Esposo de Vanessa Molina, padres de Laura Michelle Ne. Misionero; Coordinador Nacional de Jóvenes de la Iglesia Evangélica Misionera (IEM). Pertenece a la I.E.M. "Manantial de Vida" en Santo Domingo, D.N. Colabora en nuestro blog como autor invitado.
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