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Primero lo primero

Como cristianos debemos tener una vida organizada, para esto es necesario ser intencionales en las cosas que hacemos y en las prioridades que les damos. Es saludable tener claro esto último, ya que aun con buenas intenciones podemos descuidar cosas primordiales.

Una prioridad es simplemente algo que está primero como su nombre lo indica, y el conjunto de estas rigen nuestros actos. Las prioridades nos dan un orden de como manejarnos; siempre y cuando nos aferremos a ellas. Ya sea que entendamos o no cuales son nuestras prioridades, todos actuamos mediante ellas (sean correctas o no); ahora quiero que me acompañen en este proceso de aprendizaje, no tan solo para descubrir cuales deben ser las prioridades, sino a poder aplicarlas en nuestras vidas. Les aseguro que no será fácil aplicarlas.

La abnegación, ha de ser una característica del cristiano.

Para entender el orden de estas prioridades es necesario desarrollar abnegación, como nos especifica el Maestro en Mateo 16:24-25. Esto es una actitud base para nuestro mover como cristianos, pero también es lo que dificulta tanto la correcta aplicación de poner “primero lo primero” en nuestras vidas. Ahora comparto el orden que he enlistado de las prioridades que deben prevalecer en nuestras vidas como seguidores de Cristo.

#1 Dios

Amar a Dios sobre todas las cosas. (Base: Deuteronomio 6:5)

Tenemos varios pasajes dedicados a explicar por qué “Dios” debe estar en primer lugar: Dt. 6:5; Mt. 22:37; Mr. 12:30; Lc. 10:27. Tenemos muchas razones por las que Dios debe ser lo primero. Ahora bien, adentrémonos un poco a lo que esto significa. El mismo Jesús preguntó a Pedro en su momento que si le amaba, reclamando que de ser cierto, cuide de sus ovejas, refiriéndose a nosotros sus seguidores (Juan 21:15-17). Pero vamos un tanto más atrás en el mismo libro, Juan 14:15 nos dice “Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos.”

Está claro que si ponemos a Dios en el primer lugar (donde debe estar), seremos intencionales en escudriñar Su palabra, en aplicarla en nuestra vida, en pasar tiempo de intimidad con Él, en cultivar el hábito de pasar tiempo a solas con Dios en oración, y fruto de todo esto nuestra vida espiritual irá cada vez a mejor; lo cual se ha de reflejar a todo nuestro alrededor, en nuestra manera de comportarnos, en las palabras que decimos; en el cuidado de nuestro cónyuge, de nuestra familia, de los miembros de la iglesia; en ser luz para nuestra generación.

El amor a Dios, debe ser mayor que el amor por nosotros mismos.

Es un verdadero compromiso que aceptamos al poner a Dios en primer lugar; fijémonos en las palabras de un hombre que aceptó este reto: “En realidad, también yo he muerto en la cruz, junto con Jesucristo. Y ya no soy yo el que vive, sino que es Jesucristo el que vive en mí. Y ahora vivo gracias a mi confianza en el Hijo de Dios, porque él me amó y quiso morir para salvarme.” Gálatas 2:20 TLA.

Mi tiempo de intimidad con Dios, devocional personal, lectura y oración han de ser innegociables, así como asistir a una iglesia saludable y pasar tiempo con mis hermanos.

#2 Personas

Hagamos bien a todos, iniciando con los más cercanos. (Base: Gálatas 6:9-10)

Para esta segunda prioridad, debo iniciar conmigo mismo, puesto que a pesar de ser abnegado no puedo ser negligente con mi salud, mi higiene y las diferentes responsabilidades que me competen. Como nos dice el Maestro cuando resumió los mandamientos solo en dos, en el segundo dice: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. (Mt. 22:39). Esto conlleva cuidar y respetar mi vida, en lo físico, emocional, y espiritualmente. Es mi deber cuidar como va cada uno de los aspectos de mi vida, no hablo de esa típica frase humanista de “valorate a ti mismo primero” sino de representar a Cristo y ponerlo en alto con mi vida, honrando y valorando el cuerpo que Él hizo para mi. Esto como paréntesis, para no despreciar el valor propio; puesto que que todo lo demás es: no pensar más alto de sí mismo de lo que debe pensar (Romanos 12:3); considerar al otro como más importante que a sí mismo (Filipenses 2:3); aborrecer su propia vida (Lucas 14:26).

Mi cónyuge es la primera persona en la lista ya que ahora somos “una sola carne” (Gn. 2:24) mi amor debe estar con ella, puesto que si la amo me estoy amando a mi mismo (Ef. 5:28), como dice mi padre “mi corazón le pertenece a Dios, pero mi esposa es mi corazón”. Luego de entender que mi esposa es lo más importante (después de Dios), vienen los hijos, padres, hermanos, y familia extendida; mis compañeros, los miembros de la iglesia a la que asisto, etc. En este punto es importante tomar en cuenta que las amistades no deben nunca estar por encima de mi esposa, ni siquiera los hijos deben ocupar el espacio o el tiempo que le pertenece a mi esposa.

Que no haya confusión en este punto con respecto al primero, pues Dios nos quiere “expresando Su amor” con los demás, y si lo tenemos al El en primer lugar esta “segunda prioridad” está ligada a la primera. Si verdaderamente amamos a Dios y lo tenemos en primer lugar, amaremos apacentar sus ovejas.

#3 Iglesia

Necesitamos reunirnos y crecer juntos como hermanos en la fe. (Base: Salmos 133:1)

Que ironía me parecía esto anteriormente, como es posible que “un cristiano” no tenga a la iglesia en primer lugar, y que asistir y estar involucrado en todas sus actividades esté por encima de todo en su vida. Lamentablemente eso es parte de algo llamado fanatismo religioso; aclaro, no estoy quitando de nosotros el deber de asistir y apoyar fervientemente el trabajo en una iglesia saludable, lo que sí debemos en todo momento tener presente es que la iglesia y el trabajo ministerial no deben restarnos tiempo de calidad para nuestros seres queridos, no deben cegarnos ante las necesidades del vecino, pues ellos deben estar dentro de nuestro plan ministerial en primer lugar. 

La familia es nuestro primer ministerio.

Quien no cuida de sus parientes, y especialmente de su familia, no se porta como un cristiano; es más, tal persona es peor que quien nunca ha creído en Dios. 1 Timoteo 5:8

Sí, el Maestro nos llama a dejarlo todo (Lc. 9:24), pero es para “seguirlo a Él”, y esto se refiere a nuestro primer punto (primero Dios) que ya aclaramos está ligado al segundo, por eso no podemos olvidar las personas a nuestro alrededor y dedicarnos “solo a la iglesia”, pues la iglesia son las personas.

Por último, en este punto hay que reconocer nuestra necesidad de congregarnos, por eso la iglesia y el ministerio son prioridad en la vida de cada cristiano. Hebreos 10:25

Si, todas estas prioridades van relacionadas con nuestro Padre y su Palabra, puesto que no hay nada mejor para una persona que estar cerca de Dios. Buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mateo 6:33

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Jose Nuñez

Cariñosamente Jey. Doulos por gracia. Vive en Santo Domingo, República Dominicana. Esposo de Nadia Zamantha y padre de Ami. Miembro de la IBI en Santo Domingo. Co-fundador de Doulos LSA ®. Colabora en nuestra web como editor y autor de contenidos. Puedes seguirlo en Twitter | Instagram.
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